viernes, 26 de septiembre de 2014

Bendita infancia...

Hace unos días observaba a mis sobrinos cuyas edades rondan desde los 1 hasta los 8 años, y fijándome sobre todo en los mayores, me di cuenta de lo rápido que pasan los años y las etapas por las que pasamos a lo largo de nuestras vidas.

La infancia! Esa etapa de la vida en la que nuestra mayor preocupación era hacer los deberes pronto para poder ver nuestros dibujos favoritos después. Lo teníamos todo, y no debíamos preocuparnos por nada. Siempre estarían nuestros padres ahí detrás para respaldarnos si nos pasaba algo. Nos llevaban al medico si nos poníamos malos, nos ayudaban si algo no entendíamos, nos peleábamos con nuestros hermanos pero a la vez los adorábamos, nos enfadábamos cuando nos apagaban la tele, o llorábamos cuando algo no nos parecía bien. 

Ayyyyy... Todo era tan fácil... Aunque en aquel momento hiciéramos un mundo de una regañina por parte de nuestra madre...

Te dormías sin preocupaciones en la cabeza, no sufrías, solo llorabas si te caías y te hacías "pupa", ni el corazón ni el alma dolía..., disfrutabas jugando y tu cara se iluminaba al ver un juguete en un escaparate y te imaginabas jugando con él, ... Bendita infancia!

Ahora todo es tan distinto..., somos nosotros los que regañamos a los pequeños si hacen algo que no deben, sufrimos cuando se hacen daño, dormimos pensando en lo que tendré que hacer mañana, nos debatimos entre las dificultades que se presentan diariamente, luchamos por seguir adelante, buscando trabajo y luchando por el amor, sufrimos por amor y por desamor, siempre preocupados por el mañana o por el qué pensarán los demás, preocupados por los otros y dejando de mirar por uno mismo, cuidando a la persona que tenemos al lado y dejando de lado lo tuyo, dejando de dormir porque a tu bebé pueda subirle la fiebre, rezando para que no se acabe el trabajo, en definitiva... PREOCUPÁNDONOS de la VIDA, POR LA ViDA.

De pequeños decíamos "quiero ser mayor ya" , y ahora soñamos con volver a ser niños... 
Paradojas de la vida...
De pequeños queríamos ser mayores para poder acostarnos tarde... Ahora soñamos con poder acabar pronto las tareas y poder irnos a la cama pronto... 
De pequeños queríamos ser mayores para poder tomar decisiones... Ahora se nos acumulan las responsabilidades...

A veces pienso en que ojalá se detuviera el tiempo algunos instantes y poder disfrutar un poco mas, en lugar de preocuparnos tanto por el mañana, ese mañana que llega tan pronto que cuando nos demos cuenta ya será pasado, porque el tiempo pasa tan rápido que ni nos damos cuenta, y a veces los buenos ratos pasan volando y los malos ratos vienen solos...

Como no podemos volver a la infancia, ni siquiera volver a antes de ayer, veamos a los pequeños disfrutar, fijémonos en lo felices que son y en lo sencilla que es su sonrisa, les cuesta tan poco ser felices... 
Seguro que nos lo pueden trasmitir, y si me pongo triste lo arreglarán todo con un "te quiero de locura, solo a la Tita", y volveré a sonreír como hacen ellos.

Para ellos no hay mañana, ellos solo se preocupan por el día de hoy, no se preocupan por lo que tendrán que hacer la semana que viene, ni siquiera lo saben, y así son felices... Deberíamos aprender de ellos... 

Por un día podríamos volver a ser niños y reírnos por cualquier cosa, llorar por habernos caído y que nuestra madre nos recogiera del suelo, sin sufrir ni hacer sufrir a nadie gratuitamente,... Podríamos ser niños por un día y simplemente SER FELICES...


sábado, 20 de septiembre de 2014

Satisfacciones (y preocupaciones) de una madre

Antes de convertirme en madre, nunca me podría haber imaginado la cantidad de satisfacciones y alegrías que te puede dar un hijo. Son sensaciones que no podría haber sentido antes, ni aun habiendo cuidado muchos niños como era mi caso.

Es cierto que duermes menos, tiempo poco tiempo para ti misma (por no decir ninguno, sobre todo los primeros meses), te preocupas por todo lo que le pasa o le pueda pasar,…  pero solo con una mirada, una sonrisa o un abrazo hacen que se te olvide todo, y te hacen recordar que ser madre es lo mejor que a una mujer le puede pasar en su vida.

Julia ha sido, es y será mi mayor regalo. Vino en el mejor momento de nuestras vidas y su presencia hace que cada día se llene de vida, me llene de vida. Completa esa parte que había quedado incompleta en mi corazón y en mi alma, es mi pedacito de cielo, y por lo que me levanto cada día con ganas de seguir luchando en esta vida que nos ha tocado vivir.


La satisfacción de saber que le estás dando todo lo que tienes, la tranquilidad que te aporta saber que es parte de tí y siempre lo va a ser, y la satisfacción de verla feliz.

A la par, a las madres se nos desarrolla un sentido más, el de la preocupación. Aquellas cosas que antes no formaban parte de nosotras, ahora nos preocupan. Ejemplos:

- ¿Estará pasando frío?
-¿Qué le dolerá para llorar tanto?
-¿Me entenderá si le regaño?
-¿Me echará de menos cuando yo no estoy?
-¿Tendrá hambre?
-¿Le dolerán los dientes?
-¿Si tiene sueño porqué no se duerme?
-Etc
-Etc
-Etc

Pongo tres "Etc" pero podría poner quinientos… Supongo que esto pasará con el primer hijo, con los segundos o terceros esto será un paseo. Ay mamá… yo no sé como podías con seis enanos… es de admirar, y yo me voy a la cama cada día reventada con una, jaja!

Cuando tienes hijos, sobre todo si tienes mas de uno, aprendes a sacar el tiempo de donde no lo hay, aprender a arreglarte en la mitad de la mitad de tiempo en que lo hacías antes, aprendes a descansar más en menos horas, aprendes a ingeniartelas para que todo salga perfecto, y todo casi sin mirarte al espejo, porque al espejo solo miras cuando tu hijo se ve reflejado y se señala porque no entiende porque hay un niño que le señala y se ríe con él.

Aprendes a valorar la vida, a valorar todo el trabajo y esfuerzo que hicieron TUS PADRES para que tuvieras una infancia feliz en la que nunca faltara la presencia y el CARIÑO de unos padres que hubieran dado la vida por todos y cada uno de sus hijos sin excepción, y tuvieras el amor necesario para ser FELIZ.

Gracias Julia porque gracias a tí he aprendido a valorar todos estos aspectos y todos aquellos que me quedan por descubrir.

Habrá millones de satisfacciones que sentiré como madre que aún no he sentido, y millones de preocupaciones que según vayan pasando los años aparecerán conforme vayas creciendo y el trabajo de madre se haga aún mas complicado, pero siempre estarás ahí, TU SONRISA me recordará que la VIDA ES UN REGALO, y que sin tí, mi vida (nuestra vida, la de tu papá y la mía) no sería igual, porque no hay nada de lo que estemos más orgullosos que de tenerte y ser tus padres.




Te queremos pequeñaja.


sábado, 13 de septiembre de 2014

Reflexionando sobre Paulo Coelho

Quiero hoy retomar el post que escribí hace dos semanas en el que os mostraba unas palabras de PAULO COEHLO, titulado CERRANDO CÍRCULOS.

En nuestra vida, nos vemos obligados, debido a las circunstancias a superar etapas que van teniendo lugar y que no podemos controlar.
Etapas o hechos como perder a un ser querido, alejarnos de alguien, cambiar de vida, etc… son cambios a los que cuesta adaptarse, y que llevan un proceso de superación.

Para tal superación es necesaria una respuesta, un porqué (a parte de TIEMPO). Esa respuesta nos puede ayudar a entender la situación, situación que cuesta aceptar y mucho mas entender, y con el paso del tiempo nos ayudará esos círculos a los que Paulo Coelho se refería.

En muchas ocasiones la respuesta la tenemos nosotros mismos, y aunque la tengamos delante no somos capaces de verla. Por eso es necesario mirar mas allá, para darnos cuenta que está ahí y que si no cerramos esa etapa, lo único que nos va a producir es dolor y llegamos a perder hasta la sonrisa. Debemos ser valientes y aceptar la vida como nos viene, aunque en el camino dejemos un río de lágrimas. Algún día esas lagrimas dejarán de ocultar nuestra sonrisa, aquella sonrisa que mucha gente echa de menos, incluso uno mismo.

Poco podemos hacer para evitar algunos cambios. Muchos de ellos no dependen de nosotros, por lo que solo tenemos una opción:

MIRAR HACIA DELANTE

Para ello hay que cerrar esa etapa que tanto nos duele, para poder seguir, para poder SEGUIR VIVIENDO.

Durante el camino encontraremos obstáculos que nos harán caer, recaer, tropezar, … pero también encontraremos manos amigas que nos ayudarán a levantar. Acepta esa ayuda, es importante un hombro sobre el que llorar de vez en cuando o por el contrario una frase que nos haga reír y alegrar el día.
La vida no es un camino de rosas, hay espinas que duelen pero que con paciencia podremos sacar del camino para que no nos hagan mas daño.


Estos cambios nos harán reflexionar, pensar pero sobre todo nos harán MADURAR, nuestra forma de ver la vida cambiará, y llegaremos a amarla sin dilaciones.

Cerrar círculos no es fácil, pero es necesario, encontraremos la manera, de esto estoy completamente segura.

GRACIAS...



sábado, 6 de septiembre de 2014

Voluntad de inicio de curso

Llega septiembre, y con él, el final del verano, la vuelta a la rutina, los colegios, las guarderías, el trabajo, las prisas, etc…

Nooooo!!! El verano podía durar un poquito mas, y que ese largo invierno fuera mas corto… pero poco o nada podemos hacer ante eso… 

Bueno, algo si podemos hacer. Y es afrontar lo que se nos avecine, con fuerza, cariño y voluntad.

Son muchos los propósitos que hacemos por ejemplo cuando comienza un año nuevo, a la vuelta de vacaciones, o cuando cerramos una etapa de nuestra vida. 
Pero, ¿Cumplimos a la larga esos propósitos? No siempre podemos dar un sí rotundo, pero nunca es tarde para que nuestros éstos sean una realidad y no se queden en el aire. A veces por pereza, falta de tiempo u otras circunstancias se quedan en palabras.

Yo por lo pronto tengo muchos propósitos para este nuevo curso que comienza, e intentaré llevarlos a cabo. De momento tengo algo importante, y es VOLUNTAD:

Voluntad para seguir creciendo como persona y como madre. 
Voluntad y esperanza de encontrar un trabajo estable.
Voluntad para aprender de los acontecimientos.
Voluntad para mejorar.
Voluntad para aprender.
Voluntad para aprender de mis errores y reconocerlos. 
Voluntad para ser mejor persona.

Para ello voy a cargarme de positividad, esperanza y fe. 
Dentro de unos meses revisaré mis propósitos y comprobaré si los he cumplido.

¿Os habeis fijado muchas metas para el  comienzo del curso? 

Me despido por hoy, se que es un post corto pero creo que nos puede ayudara a reflexionar.
Hasta la semana que viene!