sábado, 20 de septiembre de 2014

Satisfacciones (y preocupaciones) de una madre

Antes de convertirme en madre, nunca me podría haber imaginado la cantidad de satisfacciones y alegrías que te puede dar un hijo. Son sensaciones que no podría haber sentido antes, ni aun habiendo cuidado muchos niños como era mi caso.

Es cierto que duermes menos, tiempo poco tiempo para ti misma (por no decir ninguno, sobre todo los primeros meses), te preocupas por todo lo que le pasa o le pueda pasar,…  pero solo con una mirada, una sonrisa o un abrazo hacen que se te olvide todo, y te hacen recordar que ser madre es lo mejor que a una mujer le puede pasar en su vida.

Julia ha sido, es y será mi mayor regalo. Vino en el mejor momento de nuestras vidas y su presencia hace que cada día se llene de vida, me llene de vida. Completa esa parte que había quedado incompleta en mi corazón y en mi alma, es mi pedacito de cielo, y por lo que me levanto cada día con ganas de seguir luchando en esta vida que nos ha tocado vivir.


La satisfacción de saber que le estás dando todo lo que tienes, la tranquilidad que te aporta saber que es parte de tí y siempre lo va a ser, y la satisfacción de verla feliz.

A la par, a las madres se nos desarrolla un sentido más, el de la preocupación. Aquellas cosas que antes no formaban parte de nosotras, ahora nos preocupan. Ejemplos:

- ¿Estará pasando frío?
-¿Qué le dolerá para llorar tanto?
-¿Me entenderá si le regaño?
-¿Me echará de menos cuando yo no estoy?
-¿Tendrá hambre?
-¿Le dolerán los dientes?
-¿Si tiene sueño porqué no se duerme?
-Etc
-Etc
-Etc

Pongo tres "Etc" pero podría poner quinientos… Supongo que esto pasará con el primer hijo, con los segundos o terceros esto será un paseo. Ay mamá… yo no sé como podías con seis enanos… es de admirar, y yo me voy a la cama cada día reventada con una, jaja!

Cuando tienes hijos, sobre todo si tienes mas de uno, aprendes a sacar el tiempo de donde no lo hay, aprender a arreglarte en la mitad de la mitad de tiempo en que lo hacías antes, aprendes a descansar más en menos horas, aprendes a ingeniartelas para que todo salga perfecto, y todo casi sin mirarte al espejo, porque al espejo solo miras cuando tu hijo se ve reflejado y se señala porque no entiende porque hay un niño que le señala y se ríe con él.

Aprendes a valorar la vida, a valorar todo el trabajo y esfuerzo que hicieron TUS PADRES para que tuvieras una infancia feliz en la que nunca faltara la presencia y el CARIÑO de unos padres que hubieran dado la vida por todos y cada uno de sus hijos sin excepción, y tuvieras el amor necesario para ser FELIZ.

Gracias Julia porque gracias a tí he aprendido a valorar todos estos aspectos y todos aquellos que me quedan por descubrir.

Habrá millones de satisfacciones que sentiré como madre que aún no he sentido, y millones de preocupaciones que según vayan pasando los años aparecerán conforme vayas creciendo y el trabajo de madre se haga aún mas complicado, pero siempre estarás ahí, TU SONRISA me recordará que la VIDA ES UN REGALO, y que sin tí, mi vida (nuestra vida, la de tu papá y la mía) no sería igual, porque no hay nada de lo que estemos más orgullosos que de tenerte y ser tus padres.




Te queremos pequeñaja.


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