domingo, 17 de abril de 2016

VIVIR DE NUEVO

Hoy estoy sensiblona... bueno en realidad llevo unos días así, y eso es bueno por un lado pero malo por otro.

Es bueno porque me da por escribir, me inspira y he de aprovecharme de ello, ya me pille en el autobús, en una cafetería o en el parque.

Pero es malo porque cuando escribo en modo nostálgico acabo más triste de lo que estaba antes de abrir el portátil.

Pero bueno, éste es un punto de no retorno, una vez que me pongo... 

Me quedo sorprendida con lo rápido que pasa el tiempo. A veces no me da tiempo (y valga la redundancia) de disfrutarlo, porque vivimos demasiado deprisa, pasan los días, las semanas, los meses, y lo que es peor, pasan los años volando. Vaya, que mi hija en septiembre entra ya en el colegio, y yo aún quiero que siga siendo "mi bebé"...

Y pasan los años para todo, y para todos, para lo bueno y para lo malo. El tiempo nos ayuda a muchas cosas, a cerrar heridas, a descubrir otras, nos ayuda a acostumbrarnos a estar sin alguien, nos da lugar a experimentar, aprendemos a vivir en el tiempo.

Hoy escuchaba a mi padre hablar con un antiguo amigo de la infancia que ha perdido a su mujer recientemente. No he podido quedarme tras la puerta escuchándolo, porque cada palabra que salía de su boca era una lección. En marzo hizo ya 7 años que perdimos a mi madre. Siete años pero parece que hubiera sido ayer, y por eso decía antes lo rápido que pasan los años, porque no soy consciente ni quiero creer que haya pasado ya tanto tiempo.

Le decía a su amigo que hay golpes en la vida de los que uno nunca se recupera, pero que a pesar de ello la vida continuaba, y que no nos quedaba más remedio que seguir hacia delante. Le animaba a continuar con su vida, a buscar hobbies que le mantuvieran ocupado, trabajando o haciendo lo que quisiese, pero que tuviera la cabeza ocupada todo el día. Mientras estuviese trabajando o practicando algún deporte, su mente no le recordaría lo que había pasado.

Y así fue e hizo él, ante una situación tan extrema y triste a la vez, nunca se sabe como vas a reaccionar, cómo vas a afrontar la nueva situación, si quedándote quieto o por el contrario, no parando. Ahora puedes decir "misa", que cuando te pasa, puedes hacer lo contrario. Cada cual actúa y se enfrenta a la vida de la manera que cree conveniente, según le pille y en qué circunstancias se encuentre. Y no hay que juzgar a nadie por ello.





Y cambias, claro que cambias, yo no soy la misma que hace años, ha llovido mucho desde entonces, he llorado mucho, y he pasado mucho. Pero aquí estoy, no me quedó mas remedio que enfrentarme a lo que venía, me gustase mas o menos, y aprender a vivir de nuevo como hizo mi padre, y viendo que él podía hacerlo me di cuenta que no tenía derecho a quejarme

Y ahora menos. Lo tengo a él, tengo a mi hija que es un bichillo adorable, y tengo a mis hermanas, mis confidentes que están ahí para bajarme de la nube o para subirme a las alturas si hace falta en un momento de bajón. Y por supuesto la tengo a ella cada día presente, y aunque hayan pasado los años sigue siendo mi ejemplo, mi modelo a seguir, mi "todo".

El tiempo pasa tan rápido que no sabemos ni en qué día vivimos, ni qué fue aquello por lo que llorábamos ayer porque hoy tengo otros problemas de los que preocuparme yu otros asuntos de los que reírme. Porque la vida pasa casi sin darnos cuenta, sin pedir permiso, y nos olvidamos de disfrutar cada segundo, porque ese segundo no se va a volver a repetir, ni esa persona que quieres va a estar esperando toda la vida a que te decidas, ni esa oportunidad perdurará hasta que tú quieras. Así que si me lo permites, te daré un consejo:

PERMÍTETE EL LUJO DE VIVIR.

-Lucía, de la vida misma vista por Lucía-






1 comentario:

  1. Se nota que todo lo que escribes es con el corazón, y me has hecho llorar. Todo lo que dices tiene tanto sentido para mi que me siento muy identificada contigo y es increíble leer lo que escribes.

    ResponderEliminar