sábado, 17 de mayo de 2014

Con lo que yo era...!

Pequeños detalles del día a día, de tu vida social, de tu casa... Todo cambia el día en que te conviertes en madre.

Hace ya 10 meses que nació Julia, y me pongo a pensarlo, y casi no me puedo creer que haya pasado el tiempo tan rápido. Me puse de parto un viernes por la noche, y el domingo cuando regresé a casa con mi hija en brazos nuestra vida dió un giro de 180 grados.

Desde ese preciso instante todo cambia.

Automáticamente hay cosas que dejas de hacer o dedicarles muchísimo menos tiempo del que dedicabas anteriormente, das importancia a cosas que antes ni existían en tu vida.

(Tengo que decir que cada una tiene su circunstancia. No es lo mismo que puedas contar con la ayuda de tu marido o pareja durante la tarde aunque sea, a que él trabaje mañana y tarde y sólo lo veas un ratito a medio día y que por la noche llegue cuando la niña ya está bañada, comida, etc... El trabajo es así, hay que dar gracias por tenerlo).


Hace 10 meses yo era puntual. Decía "quedamos a esta hora". Yo me levantaba etc y a la hora prevista salía de casa, ni un minuto más ni un minuto menos.
Ahora es difícil salir a la hora prevista... Con un bebé todo se complica, cuando estas lista para salir de pronto se ha hecho caca, y vuelta para dentro!
Antes me arreglaba tranquilamente, ahora no se ni como me sale la raya del ojo de lo rápido que la hago.

Hace 10 meses iba limpia a todos lados. Ahora es fácil que una vez en la calle te encuentres un manchurrón de leche o babas en tu camisa.

Hace 10 meses me echaba mascarilla en el pelo. Eso implicaba que la ducha durara un ratillo más para que aquello hiciera efecto. Ahora me lo echan en la peluquería cuando voy a cortarme el pelo.

Hace 10 meses solo miraba ropa para mi. Ahora sólo compro ropa para ella. Este verano ha sido la primera vez que no me he ido de rebajas para mi.
Antes me metía en los probadores tranquilamente, ahora tengo que buscar uno grande (que no los suele haber) o meterme con el carro y dejarlo medio sacado y poner la cortina por encima (un show).

Hace 10 meses iba callada por la calle si iba sola. Ahora me paro en un semáforo y me pongo a hacer el "cucú, no estoy" con mi hija para oirla reír.

Hace 10 meses me daba tiempo a depilarme, pintarme las uñas, limpiar, planchar, echarme crema hidratante. Ahora no me da tiempo de nada!

Hace 10 meses dormía súper bien, era un pequeño lirón (antes de las molestias de los últimos meses de embarazo), me acostaba a la hora que decidía y me levantaba a la hora que ponía el despertador. Ahora no se a que hora me voy a poder acostar ni a que hora dirá de despertarse la niña, o si se despertará en mitad de la noche.

Hace 10 meses iba tranquilamente a comprar al supermercado. Ahora me las tengo que ingeniar para empujar el carro con una mano y una cesta de la compra con la otra y hacerlo todo en 10 minutos.

Hace 10 meses quedaba con mis amigos para tomar algo por la noche. Ahora a esas horas estoy dándole el biberón a Julia y acostándola.

Hace 10 meses hacia planes, iba al cine, a cenar a la calle. Desde qué nació solo he ido una vez al cine, y no me importa no salir y estar en casa pronto por ella, porque ella tiene sus horarios.

Hace 10 meses no sabía que podías flipar con la primera sonrisa de un hijo, o cuando dio palmas por primera vez, o cuando se descubrió sus manos, o cuando le salían dientes, o cuando dice papá por primera vez, y más aún cuando dice mamá (más concretamente maaaama). Ahora se que sí se puede.

Hace 10 meses no veía dibujos. Ahora me sé todas las canciones y personajes de mickey mouse, pocoyó, pepa pig, ...

Hace 10 meses los coches de al lado no pensaban que estaba loca. Ahora me ven cantando, haciendo pedorretas (pueden pensar que estoy loca si no saben que voy con un bebé).

Hace 10 meses hacía comidas de mayores. Ahora lo que más hago son potitos.

Hace 10 meses no leía blogs de mamás. Ahora están entre mis favoritos.

Hace 10 meses tenía el maletero del coche vacío. Ahora el carrito me lo ocupa entero.

Hace 10 meses mi móvil tenía mucha capacidad de memoria. Ahora tengo miles de fotos, y todas son de mi niña, y la memoria llena.

Hace 10 meses no sabía que se podían hacer tantas cosas a la vez. Ahora no me queda más remedio.

Hace 10 meses no sabía que existía el amor incondicional. Mi marido y mis padres era lo que más quería, pero el amor hacia un hijo es único. No se puede explicar, es algo maravilloso.

Hace 10 meses éramos dos, una pareja, un matrimonio. Ahora somos una FAMILIA.

Hace 10 meses me faltaba algo para ser feliz del todo. Ahora Julia ha completado esa felicidad, ha completado ese trocito de mi corazón que estaba vacío.

Tu vida cambia en el momento en que te conviertes en madre, los primeros meses son duros, quizás por la inexperiencia, eres novata y con el tiempo vas aprendiendo, pero poco a poco te vas organizando, y tu vida se vuelve cada vez más regular, los niños tienen sus rutinas y horarios, y eso ayuda a que te organices.

Yo hablo desde mi experiencia y circunstancias. Yo admiro a los que tienen muchos hijos, me acuerdo de mi madre, no sé cómo podía con seis niños y súper seguidos! Admiro a las mamás de mellizos como Isa y Jessica, que lloran a la vez, comen a la vez, y no duermen a la vez. Admiro a todas y cada una de las madres del mundo por ese trabajo de 24 horas sin descanso y para las que nuestros hijos son el motor de nuestra vida.

Este cambio VALE LA PENA. Poder disfrutar de tu hijo, cuidarlo, darle una educación, enseñarle cosas, es un placer.

Las madres somos lo más importante en la vida de un hijo, dependen de nosotras para su supervivencia, son nuestro legado en la tierra.

Disfrutemos de ellos, de su vida, de nuestra vida en FAMILIA.

1 comentario: