jueves, 21 de agosto de 2014

Seis meses del blog

Hace más de seis meses que comenzó esta aventura, este blog. Este espacio donde expongo mis pensamientos y experiencias y que nunca sé sí a alguien gustará.

Lo había pensado muchas veces, pero nunca me decidía a hacerlo, hasta que un domingo por la mañana después de una larga noche sin dormir, por fin me decidí a plasmar mis palabras en un pequeño y humilde blog que nadie conocía.

A través de él he tratado de dar a conocer mis experiencias sobre la maternidad y sobre sobre la vida en general.

Durante estos seis meses han pasado muchas cosas, muchos acontecimientos. Unos agradables, otros no tanto, pero que de cada uno de ellos se aprende, se reflexiona y se fortalece.

El motor de mi vida sigue siendo Julia, gracias a ella me levanto cada día con ganas de seguir luchando en este mundo que nos ha tocado vivir y que ella hace que sea especial. Sólo con su sonrisa hace que mis lágrimas desaparezcan, hace que mi día  se ilumine, hace que tenga ganas de luchar.

Solo con ver su sonrisa o darme un abrazo hace que mis días alegres se conviertan en maravillosos y que sí estoy feliz me convierta en requetefeliz.

La vida te puede cambiar en un minuto, en una semana en un mes o en seis meses, nunca sabes qué te tiene preparado el destino, por eso debemos aprovechar cada minuto, e incluso como decía antes, de los malos momentos, aprender y recomponerse porque no nos queda más remedio que seguir hacia delante...

"EL TREN NO SE DETIENE PARA DAR MARCHA ATRÁS"

Estas palabras se las oí decir a mi padre hace unos días, y oír eso de una persona que perdió a lo que más quería, te hace comprender que sea lo que fuere lo que nos pase, no podemos hundirnos, hay que recomponerse y seguir VIVIENDO.

Yo siempre digo que la vida es muy "caprichosa" y hace con nosotros lo que quiere, tus planes de futuro pueden no salir como esperabas, pero las cosas pasan por alguna razón, pasan por algo y ese algo es nuestro destino.

A lo largo de nuestras vidas son muchas las personas que aparecen, otras desaparecen, otras se marchan para no volver, otras se apartan, pero todas, habiendo pasado por tu vida dejan un rastro, una huella en el corazón, uno o miles de recuerdos, y de todas y cada una de ellas podemos (y debemos) aprender.

Personas con las que de pronto entablas una conversación y de la que te sorprenden sus palabras y consejos (esto me ha pasado dos veces en las últimas dos semanas) y que nunca hubieras imaginado que te abrieran su corazón de esa manera.
Acontecimientos que pensabas que no podrían ocurrir, y ocurren, que te hacen ver la vida de otra manera.

Lo repito mucho en mis post, pero el TIEMPO pone cada cosa y a cada persona en su lugar, sólo hace falta eso, TIEMPO.
No debemos desesperar, todo llega, no debemos tener prisa, la experiencia, la madurez, los sentimientos, la tranquilidad, la paz, la estabilidad... TODO LLEGA...
Demos tiempo al tiempo.

Ese tiempo que a veces corre demasiado deprisa y otras parece que no termina nunca, y nos parece interminable y nunca vemos el final,... Nunca estamos conformes...

Quiero dar las gracias desde esta pequeña parte de mi a todas las personas que me han ayudado a sobrellevar los malos momentos y han estado a mi lado cuando más lo he necesitado. Aquellas personas que puedo contar con los dedos de una mano que sólo con mirarme a los ojos saben como me siento o sólo con oír mi tomo de voz saben sí tengo un buen o mal día. A aquellas personas que han respetado mi silencio, sin hacer más preguntas.

Quiero dar las gracias a las personas que leéis mi blog, porque eso me reconforta y me hace sentir un poco más útil.

Quiero dar las gracias a las personas que forman parte de mi vida, o formaron, porque si están o estuvieron ahí será por algo.

Y gracias a mi luz, a mi estrella, a mi pedacito de cielo, esa personita que hace que cada día me levante y mire al cielo sabiendo que es un pedacito de ese ángel que se nos fué hace ya algún tiempo.


Solamente puedo dar las GRACIAS.


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